("Don Tomas Borras, fino estilista de la Falange...estilista perdurable", Francisco Umbral)
El primero -por orden cronologico- en la relacion de nombres que trata separadamente la autora alemana, figura Tomas Borras contemporaneo por la edad de Franco mientras que los otros autores estudiados pertenecian cronologicamente hablando a la generacion de Jose Antonio. Tomas Borras es uno de los grandes olvidados de la España surgida con la Transicion politica a la democracia; en mi mente no obstante, un recuerdo insolito como tantos de los mios de aquellos años, de la primavera o verano del 75, justo antes de la muerte del Caudillo, en unas cortas vacaciones en Madrid (que yo estaba ya entonces muy lejos de España fisicamente hablando y no solo): de la estampa aun en mi retina como digo que era la de la portada -como estandarte o banderin desafiante en medio de la estanteria (o de la vitrina) de una libreria centrica, (rebosante y mas bien supurante, como por todas partes entonces, de un aluvion, hoy ya propiamente alucinante cuando se lo recuerda, de literatura marxista...)- de aquella que seria tal vez la ultima de las publicaciones de Tomas Borras en vida, en la Editora Nacional que el mismo dirigia hacia ya tantos años, y que era una biografia (imprescindible), que se mereceria los mas vivos elogios del antiguo jonsista Juan Aparicio, dedicada a Ramiro Ledesma Ramos...
Tomas Borras, de su trayectoria tan compleja, de su importantisima obra escrita tan prolifica y tan profunda a la vez (por muy inegal que se muestre a veces) ofrece -una vez mas- un mentis rotundo a quienes siguen testarudamente soteniendo que la Falange no era mas que un amasijo de jovenes inexpertos y alocados, brillantes en sus escritos incluso a veces pero no mas que eso, un grupo de accion como digo, orientado exclusvamente o casi a la accion (directa) y poco proclive a la refexion: falto en definitiva de pesadores autenticos, de intelectuales...que se encontraban -sobreentendido- todos (de cuerpo o alma) en el otro bando...Y la lectura de la obra que comentamos no deja por menos de refutar tan consabido “cliché” como digo, con la semblanza (magistral) que tan inesperadamente nos ofrece de esta madrileño de recorrido atipico, y a la vez de lo mas señero y representatvo, que habia sido corresponsal de guerra en el 14 y a seguir, en la guerra de Marruecos y que era ya autor teatral conocido al proclamarse la Republica, unos años en los que acabaria adhiriendose a la Falange.
Tomas Borras se ve presentado en la obra "Vanguardistas de camisa azul" como un caso un poco a parte por su edad, mayor que los otros, su trayectoria bastante atipica como digo, y sobre todo por lo complejo e incluso proteico de sus posturas o tomas de partido que la autora en sus reflexiones tan profundas y en sus digresiones tan acertadas y sutiles a veces no duda en estampillar de "ambivalentes". Un vanguardista (de camisa azul) como los otros y al mismo tiempo no del todo como los otros, sin dejar por ello de ser menos vanguardista que cualquiera, en ciertos puntos o aspectos al menos...
Mechtild Albert lo retrata en todo caso de exponente arquetipico de una evolucion que en su ensayo se propone disecar o radigorafiar y que iria desde las posiciones mas genuinas de la vanguardia decadente (y "ramoniana") pasando -en su punto de inflexion- por una fase o tentativa de "rehumanizacion" en el sentido orteguiano-, hasta acabar en la apologia de la Falange, de Jose Antonio...y de la guerra civil, pero siempre de una forma un tanto atipica, menos apologetica que en los otros, sin alcanzar en todo caso la apoteosis de la aclamacion triunfal que se da por ejemplo en Felipe Ximenez de Sandoval, otro de los autores (falangistas) enfocados en el libro.
Un nihilista Tomas Borras, o como dirian plumas francesas un "anarquista de derechas" –que la autora compara a nombres consagrados de la literatura comntemporanea como el frances Celine o el aleman Ernst Junger-, empapado hasta los tuetanos de filosofia romantica alemana (de Nietzsche sobre todo...), que su mitancia y su adhesion a la Falange, a una edad –por comparacion a lo que fue mayormente la regla entonces- relativamente tardia, lo mismo que sus profesiones (ortodoxas) de fe religiosa, en sintonia perfecta por lo demas con la atmosfera que se respiraba en la zona nacional, no vendrian como dicen mas que adornar o a cubrir de unos toques de fachada, como una mascara a penas (literaria): asi es como Tomas Borras se ve presentado en el libro que comentamos y a fe mia que no le faltan razones a su autora...
Pero tras el “cliché” o el estereotipo que a lo largo de esas paginas se nos ofrece insistente(como en bandeja), el que esto escribe no habra dejado de oler a gato encerrado...O si se prefiere el tufo inconfundible de los muertos/en/el/armario por asi decir que arrastra la memoria literaria oficial en vigor por todas partes (entre autores extranjeros) en relacion con la guerra civil española; y en concreto de unos muertos bien localizados y rodeados de un espeso tabu en toda la historiografia (y lliteratura) sobre nuestra guerra civil, inmarcesiblemente anclados en el recuerdo: de la legion (incontable) de los caidos de la Quinta Columna madrilena, de la que Tomas Borras formo parte en las primeras semanas de la guerra, de francotirador en la batalla del cuartel de la Montaña, y en lo que se veria incondicionalmente secundado por su mujer, la actriz de teatro y tonadillera celebre en su tiempo, Aurora Mañanos Jauffret, “la Goya”, bilbaina, que serviria de enlace con Jose Antonio en la Carcel Modelo en aquellos tragicos momentos...antes de acabar refugiandose los dos en la embajada de la republica checa, desde donde conseguirian salir de España y pasarse a la zona nacional mas tarde.
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Esteta de la crueldad, asi se le retrata tambien en esta obra que comentamos, como una especie de marques/de/sade a la española indeleblemente marcado de por sus experiencias de la guerra en vivo, y en particular de la guerra de Marruecos -en un trazo biografico y literario a la vez comun con otros autores de camisa/azul y me viene a la mente sobre todo el nombre de Lluys Santamarina-, que verteria en unos relatos de gran crudeza de su primera etapa (como novelista) que lo retratan bien, es cierto, y a la vez lo immortalizan y aupan hasta el parangon de los mas grandes nombres de una literatura universal de la crueldad y del horror (y del terror), al lado de grandes autores como como Curzio Malaparte, por no citar mas que uno entre los mas representativas de unexpresionismo violento de años veinte, y en particular de la que seria su manifestacion mas vibrante y sonora: lo que se dio en llamar el tremendismo fascista.
Un hombre de su tiempo pues Tomas Borras por mas que la autora se esfuerze y obstine en presentarlo -el lo mismo que los otros autores enfocados- de pobre "victima de la modernidad", de un inadaptado en suma...En lo que tampoco le faltan razones a esta ultima...que ve precisamente el sello vanguardista de la crisis de identidad, del desdoblamiento de la personalidad, en ese desgarramiento intimo –y en su colorario inevitable de sincretismo o eclecticismo- que el "drama de la modernidad" le inflige al autor y por via de extension a todos los demas autores citados, de forma mucho mas acentuada en todo caso en ellos que en los demas nombres representativos de esa corriente de vanguardia "prefascista" (o "reaccionaria") mas o menos importante o sobresaliente en las literaturas extranjeras; tal y como trasluce en algunos de sus titulos de aquellos años, de una forma difusa primero, y formulada ya mas tarde, de lo mas diafaino y explicito en cambio, en un relato publicado en 1929. "Tiene un enemigo el mundo -deja escapar Tomas Borras en una frase reveladora-; tal como es, no lo hemos formado nosotros" (1).....
Un hombre...y yo diria mas bien un español de su tiempo Tomas Borras, inadaptado a la vez y desafiante frente a una "modernidad" que a los españoles -detalle nimio que a la autora, tan exhaustiva y tan prolija se diria que se le escapa- nos viene, desde los tiempos de la Revolucion frnacesa y antes aun, de la Ilustracion (que tambien venia de Francia), siempre desde el extranjero...Y ahi -no duelan prendas- reside sin duda el poso de verdad (historica) yacente en las posiciones "integristas". Una calamidad bilblica, una "maldicion" (Nolte) tal y como la experimentarian sus incontables victimas: ese proceso -inherente a “la modernidad”- de emancipacion de la sociedad moderna que se veria plasmado en jalones cruciales y decisivos y en particular en tres momentos historicos de primer orden, la eclosion del protestantismo, la revolucion francesa y la revolucion rusa del 17.Y los españoles la verian ademas, ya digo, como una maldicion que les venia de allende los Pirineos lo que contribuye decisivamente sin duda a configurar -de un cuño personalisimo e inconfundible- esa particularidad que ofrece la vanguardia española (“reaccionaria”), de respuesta "nacional", española, propia e instraferible, que tanto habra llamado la atencion a la autora alemana.
Pero la obra cumbre de Tomas Borras, la que le daria su mayor celebridad en la posguerra y la que atrae mas la atencion y los esfuerzos de analisis de la autora alemana lo es sin duda “Checas de Madrid”, publicada al final de la guerra, que habra conocido una fortuna menos feliz -hasta ahora- que el otro tiulo casi hononimo del suyo, de Agustin de Foxa, “Madrid de corte a checa”, y que al igual que este ultimo evoca de immediato en mi otra figura de la vanguardia (falangista) que la autora ni menciona y que se ve hoy en cambio objeto de una rehabilitacion y una atencion indiscutible por parte de la critica, y me refiero a Alfonso Ponce de Leon, pintor de vanguardia del mayor relieve, que acabo como Tomas Borras alistandose en la Falange y que acabaria en una checa (de Madrid) antes de caer como tantos y tantos miles en las sacas de aquellos primeros meses de guerra en zona roja (2)....
La novela mas divulgada de Tomas Borras -en eso lleva toda la razon nuestra autora- es una especie de descenso/a/los/infiernos del que su autor (lo menos que se puede decir) acabaria volviendo, o saliendo idemne, no como tantos otros. Lo que Tomas Borras cuenta en su novela, al filo de tan estremecedores relatos -que a un critico tan autorizadisimo hoy por hoy en el tema de la Literatura comparada en relacion con la guerra cvil espanola coo lo es Andres Trapiello le merecen el calificativo de pornografia (politica") (3)...- suena (un poco) como digo, a algo ya leido, a relato vanguardista (o expresionista) indifrazable, como justamente observa la autora, pero tambien a experiencia vivida (de primerisima mano), que el autor vierte en esas paginas no tanto para regodearse en ellas (sadica o sexualmente como pretende la autora), en esas escenas y estampas de tortura hasta la muerte, del terror de las sacas, o al interior de las checas y de las carceles en zona roja- sino mas bien como una forma liberarse el mismo...a modo de terapia (u de exorcismo)....
Y a fe mia que lo consigue. Que de su lectura, en mi opinion al menos, emerge (triunfal) la imagen del autor/observador, mas lucido y mas seguro de si y mas fiel a si mismo que nunca tras la experiencia. El humor (negro) de Tomas Borras tal y como lo destilan las paginas de su novela "las Checas de Madrid" es un humor "sui generis" poco español yo diria o poco frecuente entre nosotros y sin embargo despues de él, de la publicacion de su novela, estoy seguro que los españoles ya no volverian a reirse igual o si se prefiere seguirian sin duda riendo y burlandose (de una forma sarcastica por cierto) como siempre, pero de un modo nuevo y distinto pasado por la experiencia –o el purgon- de la guerra y de la retaguardia (en zona roja)....
Un pequeño boton de muestra lo ofrece el pasaje donde unos presos de la carcel madrileña, con objeto de levantarse la moral, se ponen a contarse cuentos, y entre ellos, el de dos alemanes de la legion Condor hechos prisioneros y la carta que envia a su mujer uno de ellos contandole con pelos y señales toda la serie de placeres y comodidades de los que gozan alli dentro…con un pequeño mensaje disimulado por detras previniendola que a su camarada y compañero de cautiverio lo acababan de matar por no prestarse a escribir una carta como aquella....("Hay unos seres intermedios entre estos rojos y nosotros -escribe en otro parrafo vecino- y lo son las bestias feroces"...)
El hombre es el estilo y a Tomas Borras -mucho mas que el que el mismo utiliza en su escritura, bien vanguardista por cierto, la autora estaria conmigo de acuerdo- lo retrata para la posteridad el estilo de los temas que aborda –de la violencia, y de la guerra-, y de la forma personalisima genial como lo hace, en particular en su abordaje de relatos inspirados de la guerra de Marruecos, del terror madrileño en zona roja, y en fin del Madrid en ruinas de los años de guerra; en particular del barrio de Arguelles -"miradero de la sierra"-, el barrio donde naci, de mi infancia y de mi adolescencia, con vistas simultaneas al parque del Oeste tambien, a la casa de Cammpo, y mucho mas lejos aun (con Portugal “alla al fondo”, como nos decian) -desde la terraza de la vivienda de mis años niños-, y que Tomas Borras describe como una mole surrealista el vientre abierto y patas arriba. Lo que da pie a una reflexion personal de la autora sobre la estetica de las ruinas, que ve encarnada en nuestro autor y mas aun en un texto poco concido -y de importancia capital- de Agustin de foxa publicao en el primero numero la revista Vertice (4)
El Madrid en ruinas de la novela de Tomas Borras simboliza para la la autora alemana “el ocaso de la modernidad” y el comienzo de una nueva era (“reaccionaria”): iconoclasia completa (inseparable “nota bene” de la vanguardia, tal y como lo diagnostico certero Ortega) ,condicion "sine qua non" de la reconstruccion futura. Y algo parecido, es cierto, fue lo que siempre senti y pense un poco inconscientemente yo mismo sin llegar a poder formularlo nunca de una forma tan diafana: “los madriles de derechas”, mi Madrid propio e intransferible -que tanto denostaria ese madrileño de adopcion (mas bien) que fue Francisco Umbral- no era el Madrid (ramoniano) de antes de la Guerra, hecho “grosso modo”, tras terminar la guerra, un monton de ruinas informes, sino un Madrid reconstruido sobre las ruinas mismas de aquellas.
Y en mi caso, en la zona de Arguelles donde naci y vivi la cosa se cumplia de una forma literal incluso, al pie de la letra, enclavada como lo estaba entre las antiguas lineas de trincheras, de cuando la guerra...Y gracias a la batalla (frontal) de la Ciiudad Universitaria y al asedio que se seguiria nacio el barrio –de casas militares- en el que yo naci y creci y del que guarde por cierto un recuerdo imperecedero. Como canto Agustin de Foxa: “benditas las ruinas porque en ellas estan la fe y el odio, y la pasion y el entusiasmo, y la lucha y el alma de los hombres!” (loc. cit.)
Memoria y Estilo en Tomas Borras, el segundo fluyente y emanante a partir de la primera en su obra escrita, y no al reves como el del triste ejemplo -no doy nombres, uno sobre todo, en la mente de todos...- de una memoria/historica (de la guerra civil) "reconstruida" mas que inventada, fingida (o disimulada) y supeditada y puesta al servicio (servil) de un estilo fanatico (de escritura), y en definitiva de los intereses (supremos) de una intocable trinidad o trilogia, a saber la prensa, el mercado del libro y los premios literarios....
Y lo seria el estilo de vida heroico y aventurero de alguien marcado (a fondo) por la experiencia de la guerra y de la violencia, y en particular de la guerra de Marruecos, del terror en zona roja y de la Quinta Columna madrilène; de la que Tomas Borras pasaria a la historia de España (y de la literatura) como milagrosos superviviente: de una operacion de exterminio -de clase- consumada en parte en Paracuellos.
(Maestro de estilo, Tomas Borras, madrileño castizo y cronista de la Villa: un autor injustamente olvidado, un militante heroico…y tambien un hombre que sabia!…)
(1): "Vanguardistas de camisa azul"...p. 308
(2): "Alfonso Ponce de Leon (1906-1936)" de Jose Lorenzo Garcia Fernandez, en "Rastro de la Historia" n° 7
(3): "Las armas y las letras" de Andres Trapiello. Ediciones Peninsula, Barcelona, 2002, p. 356
(4): "Arquitectura hermosa de las ruinas" de Agustin de Foxa, en "Vertice", revista de la Falange, Granada, n° 1, Abril 1937
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