Tengo delante mia, a la hora de ponerme a escribir este texto, una edicion reciente en frances (del 2006)-con el texto famoso hacia el final de la obra, dedicado a Lenin....- de las celebres "Reflexiones sobre la violencia" de Georges Sorel, que planeo como un cuervo o un ruiseñor -segun los gustos- por encima de las mentes y de los espiritus, dos o tres generaciones durante, hasta el estallido de la segunda guerra mundial, por todas parte "urbi et orbe", en Espana incluso...
En la minoria que configurabamos en la Universitaria madrileña de entonces los que como yo pensaban y sentian, de forma aproximativa al menos -años finales del regimen de Franco-, Georges Sorel seguia gozando de indiscutible reonsancia, y una influencia y a autoridad (moral) incluso indementibles, aunque no lo leyeramos (mucho) como extranjero, y tambien y sobre todo por la censura implicta al menos de su nombre y de su obra que parecia emanar del lado de la iglesia. Y de ese lado lo menos que se puede decir es que las cosas estaban bien claras desde siempre, o por lo menos, -forzoso el reconocerlo- desde los años de la guerra civil española.
El cristianismo, el catolicismo, son por/propia/definicion religiones de amor y de paz, y por consiguiente la violencia -que el Cristo no practico, y que condeno incluso "ex professo"- dificilmente podia compaginarse, o digamos que sonaba a algo extraño como una disonancia radical y profunda del mensaje evangelico. Un mal o menor o cuando mucho una excepcion a la regla, o si se prefiere un parentesis historico -de varios siglos de duracion cuando menos-, de todos aquellos siglos de Cruzadas, de Reconquista y de Edad Media cuando un ideal guerrero, de violencia en nombre de la Cristiandad o del cristianismo parecio prevalecer, y del que el concilio/vaticano/segundo acabaria, como quiera que fuese, dando buena cuenta en las conciencias y en las memorias.
Algo analogo "mutatis mutandis" es lo que sucederia con ese accidente (magno) de la Historia -como asi tiende a considerarsela en la moderna historiografia- que fue la guerra civil española. La Carta Colectiva de los obispos españoles encabezados por el Cardenal Goma primado de entonces, era de una claridad meridiana, sin que cupiera el menor equivoco: la iglesia apoyaba una guerra santa, una cruzada de liberacion contra los enemigos/de/Dios (de la iglesia y de la Humanidad) Y en mi mente infantil grabadas indeleblemente hasta hoy lo fueron las palabras de Mosen Alberto, de Gerona -personaje imperecedero de la novela "best seller " de mis años niños llevada por entonces a la television, "Los cipreses creen en Dios" de Jose Maria Gironella-, en los dias o semanas que precedeieron al estallido de la guerra civil, al notario Noguer, ya mayor, derechista y catalanista (de la Liga) a la vez, y comprometido ya o a punto de serlo con el Alzazmiento, que le preguntaba si era licito en conciencia empuñar las armas en las horas criticas que se avecinaban, a lo que el otro le respondio sin dobleces ninguna esgrimiendo la teoria (sino evangelica por lo menos catolico/romana, "ex catedra") de la legitima defensa....
El concilio, ya digo, sin condenarla expresamente, es cierto, arrumbo toda esa doctrina (y la teologia que imtimamente se le asociaba) al cuarto de los trastos viejos. Y como consecuencia (mayormente) de ello, en mis años de Universidad -finales de los sesenta, principios de los setenta- la doctrina mas explicta de la voencia en todo el largo ambito de un pesamiento que se daba en llamar o considerar (entonces) "catolico", que era la profesada por la Falange y por el propio Jose Antonio, se verian "ipso facto" (o de oficio) en el punto de mira de las criticas y las denuncias de casi todos, de los ateos (de izquierdas todos o casi todos ellos por definicion) y tambien de los creyentes, mas o menos clericales, que se pusieron a corear como papagayos las acusaciones de los primeros contra la violencia fascista, en el nombre del padre/del/hijo/y/del/espiritu/santo (y del concilio vaticano)
Y en mi mente y en mi retina presente aun Jorge Fabra (del que ya aqui hable) con un grupo de energumenos (en sentido figurado al menos), voceando desesperados el slogan aquel de "queremos un sindicato sin la camisa azul", y despotricando dentro y fuera de las aulas sin parar, en el bar (de Economicas) en los pasillos por todas partes en aquel maremagnum de discusiones y asambleas interminables que sustituian por completo (casi) a las horas de clase, contra la frase (joseantoniana) -en la boca de todos o casi todo entonces en peermanencia- de "la dialectica de los puños y de la pistolas".
Y me habre servido en mi tarea dificil y a la vez inaplazable e inesquivable de hermeneutica de las frases mas "dificiles" de Jose Antonio, y entre todas tal vez esta la mas dificl de todas ellas, de la obra celebre de Sorel como punto de partida o de referencia suprmea, no porque suscriba todo ni siquiera la mayor parte de los juicios y argumentos que en esa obra (capital) se exponen, sino porque lo que se pretende este texto, a modo de defensa y apologia de Jose Antonio, de su figura como de su obra, no es otra cosa sino el exponer un conjunto de reflexiones (sic), personales, sobre la violencia, de mi propia experiencia....
En un texto escrito a poco de llegar a Belgica y que perderia despues junto con muchos otros en uno de mis multiples desplazamientos o mudanzas desde que aqui resido -y de lo que a punto estuve de derramar lagrimas (de sangre) como el marques de Sade en identica tesitura...- trataba yo ya sobre el tema, al hilo de una serie de ejemplos sacados de la historia reciente de las ultimas decadas (de posguerra) de mi propia experiencia y tambien de mi propia memoria, la mia y la de los mios que se remontaba (inevitablemente) a la guerra civil española: una constante historica, la violencia, inscrita ademas en la propia naturaleza, por culpa de ella incluso, en aquellos por ejemplo a los que la propia madre/naturaleza de una manera u otra agredio de una manera u otra; y en la mente de muchos (como yo) el cliche o estereotipo, de vida tan longeva, de los crimenes y asesinatos los mas horribles, cometidos durante la guerra civil -en el pueblo de los mios, por ejemplo-, precisamente por personas lisiadas o lastradas de un defecto fisico cualquiera....
Violencia pues en mi mente (inocente y de manos/limpias por definicion) de niño, de adolescente o de muy joven, de la que testificaba la propia memoria, mia y de los mios, y tambien fuente igual o casi de importante, la lectura precoz diaria de la prensa desde muy niño, de periodicos, revistas y toda clase de publicaciones. El mundo en el que crecimos yo y todos los de mi generacion era un mundo oficialmente en paz -lo que se daria en llamar el orden de Yalta- puntuado y salpicado e intermitentemente interrumpido no obstante por un reguero intermnable de guerras y de conflictos en las cuatro esquinas del globo. Y a mi, de aquellos años ya lejanos de la decada de los sesenta y de los setenta algunos de ellos se me grabaron en vivo como por una fatalida digamos pesonal y al mismo tiempo familiar o colectiva.
El desembarco anticastrista de Playa Giron (yo tenia a penas once años), que tanto me commovio sin duda por mis propias raices familiares, de descendiente de españoles de Cuba (de antes del 98); el "putsch" de los generales de Argel justo a seguir -Challe, Zeller, Salan y Jouhaud: en mi mente esa enumeracion, esos ristra de nombres hasta hoy ,en Radio Nacional de España a la hora de comer, el dia aquel, mientra mi difunto padre no podia contener unas lagrimas de emocion de lo mas viva en mi presencia, como si fuera algo que directamente nos concerniera...-, y mas tarde los acontecimientos de mayo del 68, con sus salpicaduras españolas de lo mas virulentas y vitiriolicas au vivi o de los que fui testigo (y un poco victima y protagonista a la vez) no cabe mas directo: todos ellos fueron como una especie de trinidad en la cronologia historica de aquella decada, que desde entonces me acompañarian inseparablemente en el recuerdo, lo quisiera o no lo quisiera....
Los setenta fueron si cabe mas violentos aun, a pesar de la era de paz sin precedentes en la historia de la humanidad que la iglesia (y los papas) habian anunciado "urbi et orbe" a seguir al concilio vaticano segundo En el mundo hispanico sobre todo, o luso/hispano si se prefiere. Y en mi mente tambien hasta hoy la silueta y la fisonomia y la expresion tragica y dolorida de aquel bravo y leal portugues que nunca volvi a ver, presente en aquel congreso de catolicos "integristas" celebrado en Noviembre del 72 en Fatima, un año y medio pues antes del fin, con el horror de frente aun presente en su mirada (de excombatiente) Orgullosamente solo como la historia de su noble y heroico pais (hermano), como su enorme Imperio comlonial en visperas de derrumbe.
Nunca lo olvide no, aquel portugues tan poco vulgar, de baja estura, trigueño, pelirrojo incluso, de nariz prominente de rara ave tropical, pequeño y grande a la vez, por el fuego de sus ojos vivos, por la ironia de sus frases que conseguian arrancar rugidos de risa de su auditorio en la descripcion de la impotencia y de rabia incontenible que le producia el ambiente de derrotismo y desmoralizacion reinante en la retaguardia, en las facultades universitarias de la metropoli (o el "continente" como ellos mismos decian). Y siempre me preguntaria depues si no fue el precisamente, aquel estoico que se quemo vivo el 25 de Abril en la plaza publica en Lisboa envuelto en una bandera portuguesa....
Violencia en Chile, larvada o cociendose al fuego lento, tres años durante, y estallando o declarandose al final en un golpe de estado casi incruento, obra maestra en la historia del arte militar o (se diga hoy lo que se diga) de la ciencia estrategica. Hoy, treinta y cinco años despues, el film que prevalece de aquello en las memorias es muy distinto, cierto, pero quien podria negar la poesia (epica) de aquella jornada historica del 11 de Septiembre (de 1973) que amanecio con la flota chilena deplegada en orden de combate en aguas de la bahia de Valparaiso, frente a las costas propias y apuntando unamime todas sus unidades contra la casa de la Moneda en Santiago, mientras los cazas inciaban sus vuelos rasantes (de advertencia), contra el palacio presidencial y contra Salvador Allende su principal ocupante, y su banda de guardaespaldas presidenciales.
¡Golpe de cirugia militar -certero y providencial- el 11 de Septiembre del 73 en Chile que les evito a los chilenos los horrores (y mortandades) de la guerra civil española!.... Violencia en Argentina justo a seguir mas lejana y a la vez mas cerca de los españoles, pan nuestro de cada dia del telediario en España en aquellos años(calientes) Violencia (de cuño cubano/castrista) en los paises del America central y de la zona del Caribe, en Colombia sobre todo, hasta hoy, lo que nos llevaria a un capitulo a parte (sobre las raices particularisimas del fenomeno de la violencia colombiana) Un rosario de conflictos interminables hasta hoy, en la escuela de violencia que fue para mi (ademas de una longeva y dura passion) la lectura cotidiana de la prensa como digo, desde muy niño.
Pero la gran escuela de violencia no lo fue aquella para mi, ni siquiera mi experiencia dramatica del acto, del gesto que me diga que protagonice en Fatima. Sino mis años de carcel, de carcel/para/hombres, sin privilegio ninguno de preso politico que fue como yo la vivi y experimente, solo sin mas ayuda o compañia, providencial cierto, que la que me proporcionaba mi notoriedad, de mi persona,de mi gesto, de mi nombre, repercutidos intemitente a golpe de citas o convocatorias judiciales sobre todo, o a rafagas, de las informaciones que sobre mi vida alli dentro en la prensa se filtraban, lo que me revestiria, es cierto, ya lo dije en mas de un ocasion, de una especie de halo de proteccion que me salvaria la vida alli dentro....
La violencia, soterrada a veces, y no menor en su potencia de deflagracion, a punto de explosion (o de implosion) reina hoy por hoy en las carceles "de comunes" a pesar de la democracia, o tal vez, mejor dicho, que lo sea gracias a ella....En los años de la Republica que como ya se habra denunciado (y demostrado) marcaron el inicio en su fase larvada al menos de nuestra guerra civil, la violencia reinaba en la calle y se veia impulsada desde un poder caido en manos de una minoria de aventureros e ideologos iresponsables que acabaron cavandose su propia tumba. Y la vida de España en aquellos años, en sus pueblos y aldeas mas aun, se fue contagiando cada vez mas de una ambiente, de un apariencia de patio de prision inconfundible; y en la España del Sur mas todavia, con bandas de incotrolados -tolerados perfectamente por las autoridades de entonces- que no vacilaban de puro capricho y por las buenas en vaciar las calles y las plazas de vecinos a partir de una cierta hora de la tarde....
La de Jose Antonio y de la Falange, no fue, en definitiva, en ese contexto inseparable -algo que los historiadores acabaron acabado reconociendo, por ejemplo Stanley Payne- mas que una violencia de legitima defensa, o si se me apura de legitima respuesta, frente a la grandiosa provocacion -y amenaza rampante- que represento la politica de la Segunda Republica, "el regimen mas abyecto que la humanidad jamas haya conocido" en las palabras de un nacionalista vasco/frances, Yon Mirande, muerto suicidado a principios de la decadade los setenta; o al menos laactuacion de ciertos grupos que gozaban de la proteccion directa de aquella, en una linea de conducta violenta, y claramente criminal y delictiva, siempre impune.
¿Se equivoco (tragicamente) Jose Antonio, se equivoco (tragicamente) la Falange en su accion de represalias, primera de todas las suyas, tan crucial y de tan graves consecuencias, por la muerte de Juan Cuellar -el numero trece sólo, "nota bene", en la lista de nombres del "telon de los caidos"-? La pregunta setenta años despues al menos parece completamente legitima....¿Se equivocaron mas tarde la Falange y los carlistas (unos y otros o unos y otros juntos, lo mas probable) en la accion de represalia -por la muerte entre otros, del primo de Jose Antonio, Andres Saez de Heredia, como lo reconoce Camilo Jose Cela en una de sus novelas, fuera de toda sospecha- que costo la vida al teniente Castillo?...
El que este libre de pecado que tire la primera piedra: y asi lo juzgo el mismo Jose Antonio, de mente clara y de manos no menos limpias hasta el final de su vida, que se nego obstinadamente a condenar nunca o desmarcarse ni un apice siquiera, ni fuera de la carcel ni dentro de ella, de la Falange de la Sangre -como lo reprocharon algunos, entre ellos el historiador Ricardo de la Cierva- ; ni de Luis Aguilar, Manuel Mateo, Jose Miguel Guitarte, o ningun otro siquiera de los integrantes de la Primera Linea (y bien caro que lo pagaria...)
La campaña electoral en España -y con ello me encamino ya hacia el final de este texto- parece ir entrando por momentos en una fase de turbulencias, por culpa sobre todo de la actitud del candidato del poder, Jose Luis Zapatero, empecinado en "tensionar" hasta el ultimo minuto (como se dice ahora) Y yo de repente me estoy "maliciando" -como tambien se dice ahora- una provocacion (magna, grandiosa) del ultimo minuto...como la del 11 de marzo...
Los pueblos que no aprenden de la historia estan llamados a repetirla. Y la leccion clara de los años de la II Republica y sobre todo de la primavera (caliente) del 36, nos invita a todos los españoles y en especial a los que permanecemos fieles a la Memoria heroica a actuar en consonancia, con la leccion de entonces bien aprendida, y bien presente en las memorias.
Aviso a aventureros y provocadores de toda laya. Ante la imminencia de una jornada electoral decisiva. El que a hierro mata a hierro muere: la frase de la sabiduria antigua tiene una hermenutica distinta para cada epoca....Lo mismo "mutatis mutandis" que la frase joseantoniana (perfectamente legitima) de "la dialectica de los puños y de las pistolas"
Que se le piensen dos veces pues, a la hora de jugar, que me diga de seguir jugando con fuego en esta contienda electoral tan decisiva. Antes de que sea demasiado tarde.
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