lunes, noviembre 19, 2007

EL NACIONAL/CATOLICISMO ESPAÑOL (la revelacion de mis años en Belgica)

"Donde fuiste Jose Antonio,
que te busco y no te encuentro?

................

Como un arcángel azul
baja a la tierra un momento
para decirnos, Jose Antonio,
si estas vivo o si estás muerto.

España te está buscando
con tus banderas al viento
y pregunta a las estrellas
con los rosarios del sueño:
Donde fuiste Jose Antonio,
que te busco y no te encuentro?"

(Federico De Urrutia, "Poemas de la Falange eterna", Santander, 1938)




Iba yo como siempre a correr mi « jogging » (« dominical ») en el Parque de Bruselas cuando me di de bruces con la manifestacion por la unidad de Belgica (y de los belgas), con muchos silbidos y toques de silbato, carteles y pegatinas en ingles sobre todo, y ruido ensordecedor de claxons, pero sin voces : un alma colectiva, la de los belgas, catolica o heredada del catolicismo –lo único que (aún) les une si hay que creer a lo que escribia un periodista español hace poco- pero bilingue, y tal vez por eso que se haga oir mal o no se la entienda (Todo menos causalidad pese a las apariencias el que yo viniese a dar con mis huesos a este reducto de catolicismo en cualquier caso, en la frontera Norte-Sur de la linea divisoria que dejaron las guerras de religion en Europa…)

Yo nunca deje de sentirme catolico, y con ello ya voy entrando en materia….Católico quiere decir universal, me ensenaron siempre, o sea que asi de entrada resultaba dificil el sutraerse a la cosa.Y más aun en ciertas testituras como habre atravesado todos estos años donde me senti bien a la intemperie (como decia Ramiro), sin patria –lejos de ella me refiero- y tambien (en cierto modo) sin iglesia, a pesar de las ofertas tentadoras ademas, si accedia en entra en una de ellas, quiero decir en « otra » En Holanda sobre todo, nada mas salir libre de Portugal –ya lo deje ademas por escrito- sufri un verdadero bombardeo dialectico en sesiones interminables de tortura psicologica, que no se le puede llamar de otra forma, de quien me había brindado entonces alojamiento alli (con todos los perfiles que la cosa ofrecia de autentico secuestro…)- para que me declarase o me sintiese « born again », y acabase confesase al mundo -con éxito garantizado en los medios desde luego- que al final (a/pesar/de/todos/mis/pecados/y/mis/crimenes) me había acabado encontrando al cristo/evangelico alli dentro de la carcel, en aquel infierno…(gracias a mi anfitrion por supuesto)

Dije no, o mas bien lo grite al final, y el que me lo proponia, un pastor (« domine ») protestante holandes, de autoridad indiscutible en los medios que eran los susyos al menos ; una lumbrera del protestantismo en los Paises bajos, antiguo misionero catolico en el Brasil, a mediados de los cincuenta, antes de « convertirse » (como el decia), y figura emblematica de la corriente fundamentalista (« de derechas »), -con una erudicion biblica y una cultura teologica propiamente de espanto- , se ve que no lo olvido (ni lo perdonó) hasta hoy, que bien se vengaría el año pasado en un articulo vitriolico que hizo publicar en un semanario protestante de su pais (« Reformatorische Dagblad »), en donde me comparaba nada menos que al fanatico musulman que asesino salvajamente al cineasta Theo van Gogh, con muerte ritual, islamica o islamista …

Otras ofertas más o menos tentadoras, más o menos directas o disimuladas, de canje (me refiero de una iglesia por otra) tuve además en todos estos largos años y siempre me habré preguntado el por qué del que me obstinase y me epecinase siempre en el no, de que no acabase nunca dando el paso tan crucial y tansignificativo. ¿No seria –la hipotesis sigue en mi en pie desde entonces, sin alcanzar no entanto un grado de absoluta certeza- que una religión más profunda que todas las apariencias era la que llevaba (semi) enterrada en mi, por detras, por encima y por debajo a la vez de todas las variaciones y todas las metamorfosis, y siempre la misma ademas, no otra en definitiva que la mia propia ? ¿Y que ese algo tenia no poco que ver con mi regreso a las fuentes, quiero decir a una herencia y a la vez experiencia ideologica –de la Falange- que mamé de niño, por expresarlo de forma grafica, y soñe tambien en mis años (mas) jovenes ?

Pura paradoja asi a primera vista, si se piensa que lo que me separo de mis antiguos camaradas (y amigos) de entonces -con los que milité en el FES- fue la religion precisamente, o por decirlo de otra manera ciertos motivos o pretextos (como se quiera) innegablemente religiosos….girantes en torno al concilio vaticano segundo todos o casi todos ellos, por supuesto. Y ahi ya si que se puede decir que entro de verdad en el tema : yo acabé en mi fuero interior rechazando el concilio, y no sólo ciertas interpretaciones del mismo, y aún no me arrepentí de ello y en el fondo no cambié hasta hoy, aunque digamos que tras tantos años y diluvios como se sucedieron despues veo ahora las cosas « pari passu » de la misma forma (de un punto de vista) y de otro en cambio, completamente distintas….Y mis largos años en estos países/bajos del Sur, catolicos y españoles (“les pays/bas espagnols”) habran hecho en gran medida a que asi las vea….

La resistencia y el rechazo al concilio desde la derecha –la reaccion « integrista » como se la conocería sobre todo en la prensa- tuvo es cierto una traduccion casi exclusiva en lengua francesa y no solo….tambien en teologia y en estilo clerical e intelectual a la vez, bien franceses y en cierto sentido tambien « galicanos », que fueron los de su « leader » principal y más conocido Monseñor Lefebvre. Su « alter/ego » seglar –que en cierto modo así se los puede ver a los dos- lo fue el brasileño Plinio Correa de Oliveira (profesor Plinio), que heredaba tambien de una francofilia -anti-española en el fondo- propia a la tradicion intelectual y espiritual a la vez, luso/brasileira….(Lo que no quita que el profesor Plinio –me consta- amase y admirase a España, como tantos « lussiadas »)

Pero yo era español, y en el fondo y pese a la expatriacion (interminable) nunca dejé de sentírmelo y por eso sin duda mi reflexión -y mi rumiar- interminable en esos temas se acabarían confundiendo en mi fuero interno con un bucear incansable en la Memoria, y en el pasado individual y colectivo a la vez, mío y de todos los españoles….de la que habra acabado emergiendo lo que tiene todos los visos (lo reconozco) de una religion nacional/española, y que se podria denominar tambien –si el término no se huibese visto tan manido y tan falsificado- de nacional/católica….

Y es que cuando hablo de nacional/catolicismo o de religión nacional/católica soy consciente de estar sirviéndome de puntos o polos de referencia, o coordenadas de cronología histórica de lo más precisas. Me explico : para mí, el nacional/catolicismo, -que fue y sige siendo la religion semi/enterrada que siempre lleve dentro-, fue la nueva fe fiel a nuestra tradicion y a la vez en ruptura de amarras con ella, o con su caparazon exterior e intitucional que me diga, que nacio en zona nacional durante la guerra civil del 36, y que triunfo con la victoria del Primero de Abril. Y que a partir de ahí sufririría una suerte inegal al compás de la evolución del régimen español y de las aleas de la conyuntura internacional y de la evolucion enapriencia irreversible del mundo tras el 45.

Es lo que Francisco Umbral a su modo y manera, de fabula literaria y a la vez de « esperpento », narra en los pasajes mas algidos de su « Leyenda del César Visionario »–hacia el final de la obra-, en el episodio del roba/gallinas que se hace pasar por el Ausente, con lo que consigue commover en sus goznes y cimientos la entera retaguardia nacional en los últimos meses de la guerra. Una nueva fe con dos héroes –y en terminologia clasica y antigua, dos dioses- Franco y Jose Antonio, uno vivo y otro muerto, como los Dioscuros de la religion antigua : el uno dirigiendo el timón de la nacion desde arriba y el otro inspirando y moviendo al pueblo desde abajo, en sus estratos más humildes y modestos, subvirtiente o subversivo el uno y el otro neutralizando y contrarrestando, en una forma de oposicion dialectica, que se revela hoy en vision retrospectiva y a la vez « profetica », el motor auténtico de la Victoria.

Franco no era falangista, nunca lo fue, ni antes ni después de la guerra, y por eso no podian dejarse de seentirse frutrados los que hubieran qerido ver en él un nuevo o un segundo Jose Antonio, y que cargados de razones no dejaron de llamarle o de creerle « traidor » (durante decadas) y es que Franco era Franco y no dejó de ser el mismo hasta su muerte. Que si hay algo claro y meridiano en la fabula umbraliana, es ese enigma franquista bien enhiesto, de la figura del Caudillo, en su imagen publica como en su fuero interno, de antes y despues de muerto, que no encontro mejor forma de cortarle la hierba a « la subversion falangista » como lo expresa bien graficamente Francisco Umbral), "de yugular de raiz" "la supersticion joseantoniana" (y el culto al Ausente)…que precipitando la victoria del Primero de Abril. Y eso Umbral, y con el tambien todos los que sin duda se identificaba con aquella insurrecion rampante joseantoniana -y por propia definicion o en pura logica a la vez anti/franquista- sin duda que habran acabado reconociendolo....

Una Fe joseantoniana (F.E.), politica y religiosa a la vez, o si se quiere politico/religiosa; en otros terminos una Fe joseantoniana y a la vez franquista en la Victoria que a la vez que conseguía sortear (milagrosamente) los riesgos gravísimos de debacle, de derumbe y de colapso –como le había sucedido a Alemania en la Gran Guerra- por mor de desmoralizacion colectiva tras el anuncio de la muerte (ignorada y rigurosamente silenciada hasta entonces) de Jose Antonio en Alicante, precipitó (irreversiblemente) la victoria de Franco…..

Y la « epifanía » de esa nueva religion nacional/catolica o, « verbi gratia », « el nacimiento del mito de Jose Antonio » (Adriano Gómez Molina), si se prefiere llamarlo asi, lo fueron sin lugar a dudas los fastos y ceremonias que rodearon y acompañaron el traslado de los restos de Jose Antonio en Alicante -descritos de mano maestra y con todo lujo de detalles por el autor citado, estudioso del franqusimo y ex-franquista el mismo, en su libro « Las gafas de Jose Antonio »-, y en donde ofició o ejerció de oficiante supremo, de ese nacional/catolicismo naciente, Dionisio Ridruejo, un genio (español) del arte de propaganda de guerra (las trazas del cual presiden de una aureola hudiza, soterrada y a la vez incofundible el nacimiento del FES a principios de los sesenta…pero eso es ya otra historia…)

El concilio como deje dicho antes encontró resistencia en mentes sobre todo francesas ( o afrancesadas o francofilas) y no es nada trivial en esa óptica el que Monseñor Lefebvre viese el concilio como una especie de insurrección (neo) protestante o de revancha al interior de la iglesia catolica, del mundo germánico contra la latinidad (a sus ojos esencialmente o primordialmente francesa....), lo que expresaba de forma grafica el titulo de una obra polémica –de un periodista religioso corresponsal en Roma durante el concilio-que el prelado frances citaba siempre o casi siempre en sus conferencias (« El Rin se vuelca en el Tiber ») Algo que tuve ocasion de confirmar y corroborar y profundizar la vez por mi cuenta en mis largos años de estancia en estas tierras de Flandes, de población catolica en su origen por lo menos –a ambos lados de la frontera linguistica- y a la vez de tradicion espiritual hispánica o española.

Y es que acabé viendo claro como la luz algo que en España y en el seminario (« integrista ») de Econe –por razones esencialemente opuestas o contradictorias- consiguió pasar desapercibido, para mí al menos, a saber que el concilio/vaticano/segundo sería la obra o el producto(o subproducto)  –por la via del renuncio, y de la negacion explicita- de un catolicismo del Norte de Europa…de inconfundibles raices hispanicas o pro-hispanicas. Suenens, arzobispo de Malinas y cardenal primado de Belgica (y confesor de la reyna Fabiola), Alfrink, primado de Holanda y figura de proa pues de un catolicismo holandés historicamente indisociable de la presencia española en los paises bajos, Lienart incluso, arzobispo de la muy hispánica Lille –que perteneció en su tiempo a los Paises Bajos hispanicos- e incluso Frings, arzobispo de Colonia, de una Renania catolica que tanto quedó a deber al empuje militar (e intelectual) de la Contrarreforma católica (y española)

….Hasta en sus figuras menores y más publicitadas como Schillebeeckx, belga/flamenco de una familia catolica de Flandes….: todos ellos figuras más que representativas arquetípicas de un catolicismo conciliar y posconciliar de tradicion hispanica…y habiendo pasado a la vez (entre parentesis) por la experiencia nazi….Y con ello quedaba resuelto el gran enigma que fue para mi siempre el que el movimento integrista gravitante en torno a Monseñor Lefebfvre y al seminario de Ecône, no echara nunca en el fondo raices aquí en Belgica y sobre todo en Belgica flamenca. Como no lo consiguio tampoco en España pero por razones si no opuestas de una índole si radicalmente diversa (en apariencia)…

España, la fe de los españoles se verian sujetos a dura prueba, es cierto, tras el concilio. « Por sus frutos los conciereis » dice la biblia, y los frutos del concilio -en el plano politico- no pueden estar más a la vista….hasta el punto que se puede decir sin riesgo de incurrir en simplificacion caricaturesca y abusiva que el último y supremo objetivo –en el plano politico me refiero (en el psupuesto que ambos planos se puedan separar de otra forma que no sea una purar distincion « de razon » o una pura construccion intelctual o entelequia)- de aquella augusta asamblea lo fue el regimen de Franco en España y subsidiariamente o por tiro de elevación, el ancho mundo hispánico (única zona del planeta de catolicismo/sociológico en vigor aún entonces) y un poco subsidiariamente tambien Portugal, su « Estado Novo » y su Imperio ultramarino…..

Es un hecho irrebaiable a la vez no obstante, que la fe de los espanoles se mostro en cierto modo a prueba de concilios, quiere decir que en el fondo no cambiaron o no cambiaron tanto, y sobre todo que no dejaron de ser ellos mismos (semper idem) Y al expresarme en estos términos me estoy refiriendo a españoles genuinos y señeros, encarnaciones auténticas de Homo hispanicus (por mucho que sean o que parezcan hoy por hoy estrictamente minoritarios…) Y la razon me pega que sea la misma que habrá concurrido en mi caso : a saber esa religión interior distinta o diferente irreductiblemente española que llevan dentro de ellos mismos.

Una religion de segundo/génitos espirituales, de descendientes de un pueblo de antiguos herejes, los Visigodos, a los que se deben la implatacion (definitiva) del catolicismo en España… « iNosotros somos nosotros se exclama Lope de Aguirre (en el film "la Ira de Dios"), en uno de los lances de la novela que el anarquista Sender le dedicaria), segundones sin nada que heredar los que vinimos a esta jornada de Indias! » Y un algo « mutatis mutandis » de segundones/segundo/genitos espirituales –frente al otro gran pueblo cristiano primitivo, los francos primogenitos/de/la/Iglesia/de/Roma, un titulo de genealogia espiritual que yo tuve de forma no cabe mas personal y directa ocasion de alcalimetrar en mis largos años de « ministerio/integrista » -me parece inherente e indisociable de la religiosidad íntima de los españoles, y de su destino de pueblo « maldito» (maldecido en cierto modo -injsutamente- por la Historia), y de Nacion irredenta.

Más o menos lo que venia a expresar o querer decir o condensar o resumir o simbolizar el Punto Venticinco de la Falange,, que no se comprende si no se tienen en cuenta ciertos antecedentes o prolegómenos de caracter a la vez históricos e ideologicos, y en concreto la crisis religiosa y política que supuso para el catolicismo francés de las primeras decadas del siglo XX la condena (o el cisma, segun se mire) de "l'Action Française", que es el telon de fondo fácilmente vislumbrable en una obra que no lei pero que me imagino (de corrido casi) lo que dice ...

...A saber, el titulo de la obra inédita de Rafael Sachez Mazas «La politica religiosa. España-Vaticano. Encuentros con el capuchino » que publico con seudónimo (Persiles) en 1932, del que hizo quemar por presiones eclesiásticas todos sus ejemplares y del que aprentemente solo se conserva uno (a buen recaudo…) en la Universidad de Navarra (del Opus) Y lo que me imagino que dice o da a entender Rafael Sanchez Mazas en su clarividente libro es que España fue desde siempre la hijastra de Roma (« nota bene » en el plano politico) : desde los tiempos del saco de Roma a manos del Condestable de Borbon y a las ordenes del Emperador Carlos V…Y si se me apura mucho más antiguo aún, desde los tiempos del primer saco de Roma a manos de las huestes de Alarico, padre de la nacion visigoda

(« La novela postuma de Jose Antonio entre parentesis –de sus « papeles postumos », publicados por su sobrino Miguel Primo de Rivera- lleva por título más que significativo « Alarico Alfós...)

(« El que quiera entender que entienda »)


« Senda española « spanish road »
-y nueva constelacion del Geminis-
de Imperio entre los luceros
iGloria a Franco y a Jose Antonio
Dioscuros del Tiempo Nuevo!”


Dedicado a mis amigos y camaradas del FES (de entonces)

Bruselas, en vísperas del 20 de Noviembre (aniversario de la muerte de Jose Antonio Primo de Rivera y de Francisco Franco)


ADDENDA Releo sólo ahora   (21 de agosto de 2018) estas ííneas sin quitar o añadir una jota, más que lo referente al estilo, y también los acentos por supuesto (...) Y echo ahora sólo la vista atrás cuando han pasado más de diez años, y tantos diluvios y tantas cosas y cuando la actualidad más rabiosa y candente devuelve todo su interés a estas líneas un tanto intempestivas. Del lado sin ir más lejos del Valle de los Caídos (....) Y tal vez no lo expresaría ahora de forma tan drástica, tan tajante y tan abrupta pero sigo pensando lo mismo en unas materias delicadas en extremo y por propia definición, como lo es todo lo tocante a la religiión entre españoles, y más aún, a la política religiosa.

Consciente además que lo que aquí tengo escrito viene a explicar y sintetizar a la vez ese apartamiento paulatino del que habré sido víctima de mis antiguos amigos y camaradas sin que hubiera de mi parte motvo de distanciamiento o de ruptura. ¿O haya tal vez que atribuirlo a mi larga expatriación, a esa larga travesía del desierto que vengo protagonizando, tan poco atractiva en verdad o alentadora? De querer llevar a la gente al desierto, me acusaba el pastor protestante holandés al que aludo más arriba. Injustamente, en un juicio injusto de intenciones y cargado de razones al mismo tiempo. Y prefiero que dejemos así la cosa

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