Nuremberg, o la Tierra Prometida. En este libro –primero de una obra de dos tomos (y gran aliento) sobre el tema- el escritor fascista francés Maurice Bardèche, fuente `principal (nota bene) de inspiración -histórica como literaria (...)- del negacionista Robert Faurisson –y viejo conocido de nuestras lecturas universitarias- diseca con detenimiento y desenmascara (sin escrúpulos ni complejos) la justicia de vencedores del 45 por cuenta de la diosa ofendida Democracia. Holocuento y Trece Rosas. Internacionalización de la guerra (civil) de memorias que nos tienen declarada y que ahora arrecia más que nunca: la consigna (urgente) de nuestra hora. ¿Serán capaces de dar el paso rompiendo así el cerco (a tiempo) -sin dejar a Ortega Smith al pie de los caballos- los que nunca supieron más que ir de perfil o a la defensiva en la materia? España entera les esta mirando. Expectante y ansiosa
En plena escalada de la guerra de memorias –en el Ayuntamiento madrileño y en los Tribunales- en torno al cementerio de la Almudena y las Trece Rosas, y las sentencias (legales) que las condenaron de consejos de guerra- es urgente y oportuno salir en defensa de la justicia castrense, blanco principal de la (furiosa) ofensiva guerra civilista en curso las horas que corren: Tribunal de Nuremberg y consejos de guerra, comparaciones odiosas. De una justicia de vencedores contra otra (de la misma especie). De los malos contra los buenos en resumidas cuentas. De una justicia castrense, en nombre de la Justicia y de la Patria (en guerra) contra otra en defensa de la Democracia. De una Memoria contra otra. De Guernica y de Londres y de Coventry por un lado, y de los bombardeos –de bombas de fósforo incendiarias- en Hamburgo, y en Dresde y en Essen y en Colonia y tantas y tantas otras ciudades abiertas –y alejadas del frente- en toda Europa por la aviación anglo/aliada, y so pretexto de ocupación alemana, de las que el augusto tribunal de vencedores no juzgó oportuno decir ni una palabra. Ni de eso ni de los crímenes de guerra –y "contra la paz"- que cometieron durante el conflicto las fuerzas aliadas, sin hablar de crímenes contra la Humanidad, una entelequia jurídica y filosófica y ajena a la tradición jurídica de la civilización occidental y de sus principios más acrisolados como el nulla pena sine tipificatio: sólo penas y condenas en virtud de delitos `previamente tipificados
Explicándome a la opinión pública española tras mi autoexilio, con mis crónicas de Bruselas
viernes, febrero 28, 2020
domingo, febrero 23, 2020
IDLIB, LA VICTORIA FINAL
Bachar-al-Assad, o el Islam amigo. El otro Islam. De antídoto y baluarte -y reaseguro- frente a la amenaza del gran Remplazo (Remplacement), y de la invasión silenciosa. Guerra global, la guerra (civil?) en Siria. Como la (interminable) guerra civil española. Por eso escogí mi bando. Hasta la victoria final. ¿En las próximas horas?
Las últimas noticias de actualidad sobre el conflicto sirio anuncian la celebración de una cumbre internacional el proximo 5 de marzo convocada por Erdogan con asistencia de Ángela Merkel y Emmanuel Macron (además de su homologo ruso) Francia y Alemania. ¿E Italia? Un (suave y discreto) mutis por el foro, el de la diplomacia del país transalpino, que revela más que oculta los retos que presenta la encrucijada. Como lo ilustra a su vez el apagón de noticias (black-out) –ni la menor referencia, na-da- sobre la crisis siria en la prensa italiana de hoy (por ejemplo en la Repubblica) que tan locuaz se habrá mostrado y tanta cobertura habrá ofrecido al compás del esfuerzo de sus diplomáticos- en la crisis en Libia las ultimas semanas. Siria y Libia, ¿crisis separadas? Eso creían muchos hasta que en el debate de ayer en la cadena de televisión francesa -y de información internacional- "France 24", uno de los intervinientes señaló el nexo (evidente y más que eso) con el dedo (inocente) provocando así la ira y el desconcierto de sus detractores, de posiciones –favorables a la rebelión- visiblemente enfrentadas,
Y poniendo así al gran destape al mandatario turco Erdogan que se veía así retratado –y emplazado- el final del programa como enfangado y atascado –y sin saber como salir- en el frente internacional, lo que da sin duda una de las principales claves de explicación de lo que esta ocurriendo y de cómo están discurriendo las cosas en la crisis siria –y a un ritmo de vértigo a fe mía en las últimas horas.
Las últimas noticias de actualidad sobre el conflicto sirio anuncian la celebración de una cumbre internacional el proximo 5 de marzo convocada por Erdogan con asistencia de Ángela Merkel y Emmanuel Macron (además de su homologo ruso) Francia y Alemania. ¿E Italia? Un (suave y discreto) mutis por el foro, el de la diplomacia del país transalpino, que revela más que oculta los retos que presenta la encrucijada. Como lo ilustra a su vez el apagón de noticias (black-out) –ni la menor referencia, na-da- sobre la crisis siria en la prensa italiana de hoy (por ejemplo en la Repubblica) que tan locuaz se habrá mostrado y tanta cobertura habrá ofrecido al compás del esfuerzo de sus diplomáticos- en la crisis en Libia las ultimas semanas. Siria y Libia, ¿crisis separadas? Eso creían muchos hasta que en el debate de ayer en la cadena de televisión francesa -y de información internacional- "France 24", uno de los intervinientes señaló el nexo (evidente y más que eso) con el dedo (inocente) provocando así la ira y el desconcierto de sus detractores, de posiciones –favorables a la rebelión- visiblemente enfrentadas,
Y poniendo así al gran destape al mandatario turco Erdogan que se veía así retratado –y emplazado- el final del programa como enfangado y atascado –y sin saber como salir- en el frente internacional, lo que da sin duda una de las principales claves de explicación de lo que esta ocurriendo y de cómo están discurriendo las cosas en la crisis siria –y a un ritmo de vértigo a fe mía en las últimas horas.
viernes, febrero 21, 2020
Vida Eterna
En el túnel de tu amor,
¡qué corta es la Vida Eterna!
Asi cantaba (y escanciaba)
mi “hallazgo” (¡Salve poeta!)
Y qué poco dura la vida
entre alegrías y tristezas,
y entre emociones y lutos,
y entre chascos y sorpresas
qué poco dura la inspiración
que alumbra mi canto (y poema)
que da una razón de vivir
e inspira mi vida entera,
qué poco dura la copla
ir y venir dentro y fuera
entre Bélgica y Madrid,
canción belga y rumba flamenca (…)
Qué poco duró todo aquello,
cuando te crucé por la acera
qué poco duró nuestro cruce
de miradas de fuego (¡tiernas!)
y qué poco duró la aventura
de tantos años en Bélgica
a punto ya de partir
en un canto de sirenas (...)
y a punto de tirarme a ti
como lo estuve, princesa
si hubieras estado sola,
y sin tu perro de presa,
Y poco (¡oh sí!) lo que dura
el día en la biblioteca,
Esperándote sólo a ti,
que vengas, que te aparezcas
Y así se fueron los días
Y las noches –¡uy qué negras!-
Y se me emblanqueció el pelo
De canas atrevidas (fières!)
Y así me sobran motivos,
Y mil razones de espera
De tirar del carro, vivo,
sólo tu amor por montera (¡Y Tú!)
¡qué corta es la Vida Eterna!
Asi cantaba (y escanciaba)
mi “hallazgo” (¡Salve poeta!)
Y qué poco dura la vida
entre alegrías y tristezas,
y entre emociones y lutos,
y entre chascos y sorpresas
qué poco dura la inspiración
que alumbra mi canto (y poema)
que da una razón de vivir
e inspira mi vida entera,
qué poco dura la copla
ir y venir dentro y fuera
entre Bélgica y Madrid,
canción belga y rumba flamenca (…)
Qué poco duró todo aquello,
cuando te crucé por la acera
qué poco duró nuestro cruce
de miradas de fuego (¡tiernas!)
y qué poco duró la aventura
de tantos años en Bélgica
a punto ya de partir
en un canto de sirenas (...)
y a punto de tirarme a ti
como lo estuve, princesa
si hubieras estado sola,
y sin tu perro de presa,
Y poco (¡oh sí!) lo que dura
el día en la biblioteca,
Esperándote sólo a ti,
que vengas, que te aparezcas
Y así se fueron los días
Y las noches –¡uy qué negras!-
Y se me emblanqueció el pelo
De canas atrevidas (fières!)
Y así me sobran motivos,
Y mil razones de espera
De tirar del carro, vivo,
sólo tu amor por montera (¡Y Tú!)
domingo, febrero 16, 2020
SABINA O LA ESPAÑA ANTIGUA (?)
Joaquín Sabina, icono de gran parte de la juventud española –como se ha demostrado estos días- y que vivió en España el éxito (arrollador) de su obra -increíblemente fecunda y prolija- en los años que fueron los de mi expatriación. Razón de más para acercarme -a través de él- a la España de hoy (y del día de ayer) de la que nos dimos (recíprocamente) la espalda (ella y yo) Uno de los más grandes poetas, en verso –con Francisco Umbral en prosa-, Joaquín Sabina, de la Literatura española contemporánea. Y puente –su obra como su trayectoria- (y más allá de la guerra civil interminable) de “las dos Españas” ¡Dar vida en la canción de hoy -y en sus reglas (rígidas y estrictas) de "show business"-, al endecasilabo (verso de Arte mayor), y al soneto renacentista! ¡Qué movida, como un pica en Flandes, no me digan! Lo que no consiguió -en sus "sonetos a la piedra" (Umbral díxit) ni Dionisio Ridruejo! (...) ¡Que no perezca Joaquín Sabina!
Escribir contra uno mismo, es lo que decía –y hacía- Francisco Umbral. Y es lo que me empeño yo hacer aquí a cuento del accidente y percance de salud de Joaquín Sabina. Un problema y no pequeño el que tengo yo con el célebre cantante, como el que tenia con Ortega –siempre al decir de Umbral- (Don) Miguel de Unamuno, se lo decía yo a alguien de mis allegados –allegadas que me diga- y se reía de mi diciendo que (él, Sabina) no era para tanto, que exageraba, y fe mía que no exagero si digo que Joaquín Sabina me plantea un (pequeño) problema, insoluble en la medida que no sé que pensar de él, del fenómeno tan insólito, tan complejo y tan de actualidad –y tan de juventud- que representa, o mejor dicho, que no sé si lo que pienso de él y de sus cosas es lo que debo o tengo que pensar, más claro aún, si me debe gustar su obra y sus canciones después de reconocer lo mucho que me gustan (y me inspiran) algunas de ellas, y se me antoja que lo tengo aquí que exponer y explicar aquí a riesgo como ya me ocurrió con alguno, de verme acusado –y emplazado- de alimentar mi ego a base de hablar o de escribir de otros más publicitados e (incomparablemente) plebiscitados que yo (lo que son o lo que aparentan)
Escribir contra uno mismo, es lo que decía –y hacía- Francisco Umbral. Y es lo que me empeño yo hacer aquí a cuento del accidente y percance de salud de Joaquín Sabina. Un problema y no pequeño el que tengo yo con el célebre cantante, como el que tenia con Ortega –siempre al decir de Umbral- (Don) Miguel de Unamuno, se lo decía yo a alguien de mis allegados –allegadas que me diga- y se reía de mi diciendo que (él, Sabina) no era para tanto, que exageraba, y fe mía que no exagero si digo que Joaquín Sabina me plantea un (pequeño) problema, insoluble en la medida que no sé que pensar de él, del fenómeno tan insólito, tan complejo y tan de actualidad –y tan de juventud- que representa, o mejor dicho, que no sé si lo que pienso de él y de sus cosas es lo que debo o tengo que pensar, más claro aún, si me debe gustar su obra y sus canciones después de reconocer lo mucho que me gustan (y me inspiran) algunas de ellas, y se me antoja que lo tengo aquí que exponer y explicar aquí a riesgo como ya me ocurrió con alguno, de verme acusado –y emplazado- de alimentar mi ego a base de hablar o de escribir de otros más publicitados e (incomparablemente) plebiscitados que yo (lo que son o lo que aparentan)
jueves, febrero 13, 2020
DRESDE, AL MENOS CIEN MIL VÍCTIMAS
Dresde, “la Florencia del Elba”, antes de la tempestad de fuego que la destruiría. Joya del barroco y reliquia de cultura católica en Alemania: prueba por el nueve de lo que tuvo (la ultima de todas) de "guerra de religión" –Dominique Venner díxit- la Segunda Guerra Mundial, además de confrontación ideológica
Dresde, trece de febrero del 45. Cincuenta y cinco aniversario de la (trágica) efemérides que viene fatalmente ahora al centro de la escena cuando signos infalibles nos anuncian que los alemanes (por el empuje de la AFD) se están sacudiendo –de una vez por todas- el complejo de culpa y la cultura del arrepentimiento democrático (propia e indisoluble con la democracia) Democracia y judeocristianismo, las cosas claras, que así acabamos viéndolas tras años –decenios- de zozobra , perdidos (y expatriados) en el mundo de hoy .con toda una cultura –y moral, judeo/cristianas- a cuestas del arrepentimiento y del pedir perdón y de la penitencia - sin horizonte de futuro y sin esperanza (s) –en la tierra (…) Y la celebración masiva entre alemanes –por impulso sobre todo, insisto, del empuje de la AFD - habrá desatado la señal de la alarma en los medios, que lanzan el grueso de su artillería en la contabilidad de daños y perjuicios, léase en el numero de victimas del bombardeo, que me diga de aquella tempestad de fuego en nombre o por cuenta de la democracia (…)
Dresde, trece de febrero del 45. Cincuenta y cinco aniversario de la (trágica) efemérides que viene fatalmente ahora al centro de la escena cuando signos infalibles nos anuncian que los alemanes (por el empuje de la AFD) se están sacudiendo –de una vez por todas- el complejo de culpa y la cultura del arrepentimiento democrático (propia e indisoluble con la democracia) Democracia y judeocristianismo, las cosas claras, que así acabamos viéndolas tras años –decenios- de zozobra , perdidos (y expatriados) en el mundo de hoy .con toda una cultura –y moral, judeo/cristianas- a cuestas del arrepentimiento y del pedir perdón y de la penitencia - sin horizonte de futuro y sin esperanza (s) –en la tierra (…) Y la celebración masiva entre alemanes –por impulso sobre todo, insisto, del empuje de la AFD - habrá desatado la señal de la alarma en los medios, que lanzan el grueso de su artillería en la contabilidad de daños y perjuicios, léase en el numero de victimas del bombardeo, que me diga de aquella tempestad de fuego en nombre o por cuenta de la democracia (…)
martes, febrero 11, 2020
ABBÉ DE NANTES, IN MEMORIAM
Abbé de Nantes, gran figura -ya fallecido- del tradicionalismo (“intégriste”) francés ¿y referente destacado a la vez de la corriente identitaria –y pos/fascista- bajo la amenaza del Gran Reemplazo (“Remplacement”), en Francia y en la Europa de hoy? Así se me antoja hoy verlo y evocarlo a mi, que le conocí bien (...) Y sirvan estas líneas de homenaje póstumo y de testimonio de gratitud sincera, poque en el seno del movimiento francés tradicionalista, él, de testimonios concordantes que vinieron ante mis ojos o llegaron a mis oidos, nunca me negó, ni renegó de mí, ni antes ni después de que cantara el gallo. Abbé Georges de Nantes, IN MEMORIAM
En mi ultimo libro –“Krohn el cura papicida”- y en varios sitios textuales de mis escritos dentro de este blog y fuera de él también, me habré definido como un afrancesado (sic), lo que asumo aún hoy, aún a riesgo de la etiqueta o de la caricatura que tamaña definición o autodefinición trae –entre españoles me refiero- fatalmente consigo. Sin trampa ni cartón. Y de prueba que no guardo en este tema o asunto secreto ninguno, lo son la galería de referentes –franceses todos o casi todos ellos- que han venido desfilando por estas entradas, encabezada por una evocación o reivindicación de la figura –episcopal- de Monseñor Lefebvre, el más conocido y divulgado sin duda de todos, aunque no sé si el mas importante o influyente o decisivo de todos ellos y desde luego no el único. Y quepa tal vez, a modo de introducción o de preámbulo, el permitirme aquí un pequeño excurso sobre el medio o terreno de cultivo del que fueron surgiendo uno tras otro esos mentores franceses a los que tanto debo y a los que honrar quiero aquí en la hora del ocaso o del declive de todos y cada uno de ellos (…) Y es el tradicionalismo francés –o catolicismo francés tradicionalista o “integriste” al que aquí me estoy refiriendo: el catolicismo francés por vuelta de finales de los años setenta y principio de los ochenta que fueron –por emplear la expresión consagrada en una obra (célebre) de Oswald Spengler- mis “años decisivos”, léase, aquellos en los que se decidiría mi vocación –o trayectoria- y se vería fraguado mi destino.
En mi ultimo libro –“Krohn el cura papicida”- y en varios sitios textuales de mis escritos dentro de este blog y fuera de él también, me habré definido como un afrancesado (sic), lo que asumo aún hoy, aún a riesgo de la etiqueta o de la caricatura que tamaña definición o autodefinición trae –entre españoles me refiero- fatalmente consigo. Sin trampa ni cartón. Y de prueba que no guardo en este tema o asunto secreto ninguno, lo son la galería de referentes –franceses todos o casi todos ellos- que han venido desfilando por estas entradas, encabezada por una evocación o reivindicación de la figura –episcopal- de Monseñor Lefebvre, el más conocido y divulgado sin duda de todos, aunque no sé si el mas importante o influyente o decisivo de todos ellos y desde luego no el único. Y quepa tal vez, a modo de introducción o de preámbulo, el permitirme aquí un pequeño excurso sobre el medio o terreno de cultivo del que fueron surgiendo uno tras otro esos mentores franceses a los que tanto debo y a los que honrar quiero aquí en la hora del ocaso o del declive de todos y cada uno de ellos (…) Y es el tradicionalismo francés –o catolicismo francés tradicionalista o “integriste” al que aquí me estoy refiriendo: el catolicismo francés por vuelta de finales de los años setenta y principio de los ochenta que fueron –por emplear la expresión consagrada en una obra (célebre) de Oswald Spengler- mis “años decisivos”, léase, aquellos en los que se decidiría mi vocación –o trayectoria- y se vería fraguado mi destino.
lunes, febrero 10, 2020
"Saudade"
Deambulando en los circuitos
De via más y más estrecha,
Asfixiantes, angustiosos,
¡qué memoria procelosa!
De los años que ya aqui pasé
En la ciudad ¿tumba? (Bruselas)
Donde se fue mi juventud
Y no mi imagen (fiera y buena)
Ni la esperanza tenaz
De la cura y la victoria
Por eso me penó (¡ay!) tanto
La esperanza, pura yema
Que lloró -tan lejos antes
y hoy cerca- la madre tierna
De su hijo enfermo (incurable)
En varios de sus poemas
Que las flores tronchadas
Rebrotan a la luz –¡de veras!-
Entre tanta ruina y dolor
Y la vida renace con fuerza
(No en el mismo sitio
O latitud, no, eso, no
Para eso hay que mirar de través
Mirarte a ti mirarme yo)
Oteando o auscultando
el mas nimio signo o promesa
nuevos cielos y horizontes
allende ¿y por qué no? las fronteras
Y atreverse al anunciarlas
Y a gritarlas con brío y fuerza
Aunque se mueva el cielo (el piso)
por cima de mi cabeza
Que solo así te volverás
Te fijarás tu en mí, princesa
Y asi se me va el vértigo amor
En el centro de la escena
Que así combato el cansancio yo
Y la nausea y la flaqueza
Esperando solo en ti mi amor
Y escanciando este poema
Melancolía –"saudade"-
De tu nombre (¡Salve Diosa!)
De via más y más estrecha,
Asfixiantes, angustiosos,
¡qué memoria procelosa!
De los años que ya aqui pasé
En la ciudad ¿tumba? (Bruselas)
Donde se fue mi juventud
Y no mi imagen (fiera y buena)
Ni la esperanza tenaz
De la cura y la victoria
Por eso me penó (¡ay!) tanto
La esperanza, pura yema
Que lloró -tan lejos antes
y hoy cerca- la madre tierna
De su hijo enfermo (incurable)
En varios de sus poemas
Que las flores tronchadas
Rebrotan a la luz –¡de veras!-
Entre tanta ruina y dolor
Y la vida renace con fuerza
(No en el mismo sitio
O latitud, no, eso, no
Para eso hay que mirar de través
Mirarte a ti mirarme yo)
Oteando o auscultando
el mas nimio signo o promesa
nuevos cielos y horizontes
allende ¿y por qué no? las fronteras
Y atreverse al anunciarlas
Y a gritarlas con brío y fuerza
Aunque se mueva el cielo (el piso)
por cima de mi cabeza
Que solo así te volverás
Te fijarás tu en mí, princesa
Y asi se me va el vértigo amor
En el centro de la escena
Que así combato el cansancio yo
Y la nausea y la flaqueza
Esperando solo en ti mi amor
Y escanciando este poema
Melancolía –"saudade"-
De tu nombre (¡Salve Diosa!)